El “reciclaje interior” de José Miguel González

En el Museo Tiflológico

Cielos límpidos y etéreos, de tonalidades delicadas constituyen la personal impronta del acuarelista José Miguel González, protagonista de la última exposición del Museo Tiflológico (C/ La Coruña, 18) y que los visitantes pueden contemplar hasta el 14 de septiembre. El artista escoge la difícil técnica de la acuarela para sus paisajes a la prima, “un paisaje directo e impactante que requiere de un gran dominio y perfección en su tratamiento, de la amplitud y perfección en el trazo amplio del pincel y del dominio de la aguada como forma de expresión”, como explica el pintor Javier Mínguez en la presentación de la muestra.

La exposición consta de 16 trabajos de este “artista minucioso, preocupado en los pequeños detalles”, como puede observarse en sus campos, plagados de flores rojas. Una obra en cuya atmósfera sutil queda atrapado el espectador porque, como señala Mínguez, “llega al alma de las personas por la vía directa en el tratamiento de lo bello y de lo efímero, algo a lo que su acuarela se presta gratamente y con generosidad”.

José Miguel González es un pintor y fotógrafo que, sin renunciar ni esconder su condición de pintor con discapacidad visual, reivindica que su limitación es solo circunstancial e intrascendente a la hora de contemplar su obra. Según el director general de la Corporación Empre-sarial ONCE, Alejandro Oñoro, “José Miguel es, a estos efectos, únicamente pintor. Buen o mal pintor, pero solo un artista que necesita exponer su obra para que, a través de ella, se transparente su mirada hacia los seres humanos, los paisajes que habitan y los secretos que esconden”.

Tetuán 30 Días