La afición del Cádiz pone una pica al lado del Bernabéu

Un joven tetuanero funda la peña Madroño Amarillo

“Con cada disgusto, te haces más del Cádiz”. Lo dice Juan Carlos Rodríguez, el madrileño de 21 años que ha puesto en pie la única peña cadista activa de la capital, el Madroño Amarillo. Su sede, en la taberna 100 Montaditos de Cuatro Caminos, fue inaugurada hace un mes por los más de 50 socios de un grupo que ya se sitúa entre los más numerosos del histórico club gaditano.


Es el día después de la eliminación de su Cádiz en la Copa del Rey, pero Juan Carlos no parece triste: “Te duele en el momento, pero el aficionado cadista vive siempre de la ilusión, se retroalimenta de ella pese a momentos como el del año pasado, cuando estábamos virtualmente ascendidos a Segunda, y en los últimos cinco minutos nos acabaron remontando”.


El presidente del Madroño Amarillo recuerda haber sido del Cádiz toda su corta vida, pese a no tener ningún vínculo geográfico ni familiar con el club de sus amores. “Dice mi madre que de pequeño me gustaba mucho el amarillo”, confiesa como único argumento para explicar cómo este joven tetuanero y estudiante de Comercio se ha puesto al frente de una de las peñas cadistas con más socios. “Comenzamos en 2011 como un grupo de amigos que viajaban para ver al equipo. Hace un mes creamos una junta directiva y buscamos la sede, y ahora nos federaremos”, explica Juan Carlos, fundador y “único que no ha nacido en la provincia gaditana… aunque el acento se me va pegando”.

Cadistas por Madrid

La peña recluta aficionados del Cádiz por todo Madrid y alrededores, principalmente a través de las redes sociales –tienen Facebook y Twitter– y de webs dedicadas al sentimiento cadista. “Para nuestra gente es un orgullo tener una peña en Madrid, más todavía al lado del Bernabéu”, afirma.


Para hacerse miembro del Madroño Amarillo basta con enviar un correo electrónico a cadistasmadrid@gmail.com; los socios tienen que abonar una cuota anual de 24 euros, “una cifra baja, pero con la que vamos a hacer cosas chulas”, dice Juan Carlos, y repasa el viaje previsto a Cáceres en marzo y la cena “de Navidad-Carnaval” a finales de enero, a la que acudirá un futbolista de un equipo madrileño vinculado con Cádiz. Por supuesto, también hay espacio para el merchandising, y ya se pueden reservar los polos de la peña.


“Árbitro, guapetón”

En estos días revueltos, la afición del Cádiz es ejemplo de que se puede vivir el fútbol alejado de cualquier tipo de violencia. “El sentimiento cadista es difícil de explicar, hay que vivirlo. No se entiende cómo un club de 2ª B puede tener tanta gente detrás, animando”, señala Juan Carlos. “Además, allá donde vamos caemos bien, y eso es importante”. Claro que el arte gaditano viene de serie: “Parece que ya no se puede insultar en los campos, pero en el Ramón de Carranza [el estadio del club] hay una pancarta de ‘árbitro guapetón’, que debe tener como 10 años, y al portero le gritan ‘eeeeeeh… cazón’, que es algo muy nuestro también”.


Su deseo para 2015 es que el Cádiz ascienda a Segunda, para poder ver más cerca a su equipo –“ahora ir y volver de Andalucía un domingo es complicado”–. Entretanto, seguirán citándose para disfrutar de su Cai: “Organizar todo te quita mucho tiempo, pero luego merece la pena juntarse con esta gente, que no nos conocíamos de antes, pero con quienes ya hemos formado una familia”. Una familia que es casi casi una religión, y que –por supuesto– tiene a Mágico González como divinidad de cabecera.

David Álvarez de la Morena


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