EDITORIAL: Un curso con deberes por hacer

La vuelta de las vacaciones supone siempre reencontrarse con la realidad y exige ponerse al día de todo lo que ha acontecido de interés durante esas fechas en las que se desconecta de la información, especialmente de la de carácter local, ya que el descanso estival suele tomarse lejos de lo cotidiano.


Y en ese regreso al trabajo periodístico en Tetuán, nos hemos encontrado con una noticia que destaca del resto de la actualidad, puesto que incluso ha sobrepasado los límites del distrito, llegando a tener repercusión nacional. El pasado 18 de agosto se derrumbaba un edificio en la calle de Amalia, 1 en pleno Bravo Murillo, y 17 familias tuvieron que ser desalojadas. Afortunadamente no hubo que lamentar desgracias personales, pero no es la primera vez –aunque sí esperamos que sea la última− que tenemos que informar de un suceso de estas características: ya se produjo otro derrumbe en la calle de Mariano Fernández, 6, en enero de 2010, y años antes otro en la de Almansa.


Es de agradecer la rápida respuesta política para atender y ayudar a los afectados, pero como, por desgracia, ya tenemos experiencia en este tema, sabemos que luego estas familias suelen caer en el olvido, y pasado un tiempo ya nadie se acuerda de ellas. Esperamos que se tomen las medidas oportunas para hacer más llevadera la vida diaria de estas personas que acaban de perder su hogar y, sobre todo, que se revisen convenientemente todos estos edificios que ya suman años de antigüedad sobre sus cimientos, para que la historia no vuelva a repetirse.


Además del derrumbe, parece que el paseo de la Dirección ya ha cogido un ritmo constante en las obras y se está avanzando en casi todas las fases del proyecto, que de seguir así podría estar terminado en el último trimestre del año que viene. Pese a que ahora la zona parece un laberinto de accesos peatonales, y los vecinos tienen que soportar ruidos y molestias, es de esperar que todo vuelva a la normalidad en un año aproximadamente. Pero como también tenemos experiencia en este asunto de los plazos de finalización de las obras, somos cautos y hasta que no pongamos el titular de punto final al paseo de la Dirección, seguiremos informando.


A su vez, la suciedad en nuestras calles, extensible a todo Madrid, no ha desaparecido durante las vacaciones. Cada vez hay más quejas ciudadanas a este respecto y aunque en Tetuán se ha “lavado la cara” al barrio de Castillejos, hay otros que siguen presentando un aspecto lamentable, como los de Berruguete, Valdeacederas o Almenara. La alcaldesa anunció que la limpieza era una prioridad y se dio seis meses para arreglar el problema: la cuenta atrás ya ha comenzado.


Así pues, estamos de vuelta y cargados de noticias, con un “nuevo curso” que tiene muchos deberes por hacer.


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