Apuesta por los instrumentos españoles

Una asociación de laudistas se instala en Tetuán para crear cantera

Este curso arranca en el barrio con un nuevo foco cultural, la sede de la Asociación Laudística Española Maestros Grandío, que además de local de ensayo y academia, pretende ser un lugar de encuentro de aficionados a la música y, en concreto, a instrumentos tradicionales españoles, como la guitarra, el laúd y la bandurria.

Acaban de mudarse al número 17 de la calle de Villaamil, un estudio con varias salas, donde se reúnen los lunes y jueves (de 17:00 a 18:30 horas) e impartirán clase a alumnos de cualquier nivel.

La historia de este grupo, que ha tenido varios nombres y fundado diversas orquestas, se remonta al año 1963. Después de la muerte del director Germán Lago, se crea la Asociación Española de Pulso y Púa, de la que sale la Orquesta Gaspar Sanz, para la divulgación de los instrumentos netamente españoles. Ahora, rinden homenaje a Manuel y Roberto Grandío, famosos bandurristas, muy ligados a la asociación.

No es la primera vez que estos músicos pisan Tetuán: han actuado en la parroquia de Santa María la Mayor y, en febrero, en el auditorio del centro cultural Eduardo Úrculo, en un homenaje al compositor Claudio Tabernero.

Grupo Ibérico

“La asociación siempre ha tenido una orquesta asociada, o incluso dos, en la que poner en práctica todo lo aprendido. La idea ahora es formar cantera desde la academia, incorporar gente nueva, que vaya reemplazando a los mayores”, dice Francisco Llorente, el vicepresidente. A pesar de que entre las referencias musicales de los jóvenes de hoy no están estos instrumentos, es una elección que, según Llorente, pasa de padres a hijos.

Una de esas orquestas es Grupo Ibérico, formada en 1970 y con tres discos en el mercado, que ha tocado por todo el continente y que se distingue por interpretar clásico y zarzuela.

El laúd y la bandurria se asocian con la rondalla, la jota y las tunas universitarias, dentro de la música popular y folclórica, “y por ello son considerados instrumentos menores”, apunta Pepa Fernández-Mayoralas, presidenta y una de las cuatro mujeres de la Asociación Maestros Grandío, que ahora cuenta con 30 socios, pero que en los años 70 y 80 alcanzó los 150. Ellos, por el contrario, reivindican el papel de estos instrumentos, dentro de los géneros clásicos.

Una buena oportunidad para acercarse a Vivaldi y Albéniz, desde el pulso y la púa.

Cristina Sánchez