Perspectiva de género, también en el diseño de la ciudad

Un estudio analiza las necesidades de las mujeres de Tetuán

La socióloga Lara Albacete, en colaboración con el Espacio de Igualdad Hermanas Mirabal, un centro municipal ubicado en la calle de Bravo Murillo, 133, ha elaborado un estudio, que pone de manifiesto las necesidades de las mujeres que viven en el distrito, en cuanto a la planificación de sus calles y plazas.


Después de un trabajo de campo, que ha consistido en la realización de entrevistas a dinamizadores de barrio y a responsables del centro social comunitario Josefa Amar y de la Junta Municipal, la observación directa en los espacios públicos y la consulta a las vecinas (a través de conversaciones informales y cuestionarios), la investigación concluye, de forma general, que Bellas Vistas, Berruguete, Valdeacederas y Almenara son las zonas que presentan más obstáculos para el desarrollo de la vida de las mujeres, donde existe “una escasez de recursos socioeconómicos y, por tanto, una situación de mayor vulnerabilidad”, apunta este estudio de tipo cualitativo.
Según la autora del proyecto, que comparte las tesis del ya antiguo urbanismo feminista, el diseño de las ciudades se ha llevado a cabo, convencionalmente, orientado al ciudadano, tomando como referente al varón de clase media y consumidor. “De esta manera, se tiende a obviar todas las situaciones y diversidades que encierra esta categoría”, sostiene la socióloga.

Recursos, seguridad y acondicionamiento

Las vecinas de Tetuán y los especialistas que han participado en esta investigación señalan, como primer problema, las dificultades en la conciliación laboral y familiar que ocasiona la falta de plazas en guarderías públicas, campamentos de verano gratuitos y actividades extraescolares infantiles, “a pesar de los esfuerzos de la Administración, entidades como el centro social comunitario o los servicios de dinamización vecinal”, se recoge.


En segundo lugar, a las mujeres del distrito les preocupa la inseguridad en algunos puntos, como los soportales de Azca, los abundantes solares en construcción y algunas plazas con problemas de convivencia: “Una inseguridad que limita su tránsito en determinados horarios y que podría solventarse con un diseño distinto al de las calles comerciales, que quedan a oscuras cuando cierran las tiendas”, añade Lara Albacete.


Por último, el estudio indica la infrautilización de las zonas de ocio al aire libre, por la falta de sombra y fuentes de agua potable, la existencia de infraestructuras defectuosas o peligrosas y los problemas de higiene y convivencia. “Estas circunstancias afectan fundamentalmente a las mujeres, quienes suelen hacer las labores de acompañamiento de menores y mayores y a quienes, con estas condiciones, se obliga a aumentar la vigilancia”, se explica en el informe del diagnóstico, sobre el que la Junta tiene el interés de seguir trabajando.


La propuesta defiende el acondicionamiento de los espacios públicos como zonas habitables, accesibles y mejor cuidadas. Un urbanismo humanizado, finalmente, que se adapte a las necesidades del barrio y favorezca la convivencia vecinal.

Cristina Sánchez


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