El Colegio Ortega y Gasset estrena la tan ansiada caldera

Tras dos años de frío y lucha

Niños y profesores resfriados, dando clases con los abrigos puestos y con estufas que hacían saltar la luz. Éste ha sido el panorama de los dos últimos años en el Colegio Público Ortega y Gasset (C/ Orense, 87), pero por fin se ha conseguido que la Comunidad de Madrid cambie la caldera del centro, tras las continuas denuncias sobre la precaria situación de la escuela.


Lo explica Gabriella Lanzilli, miembro activo del AMPA: “El Ortega es un cole abierto, lo que significa que durante las vacaciones de Navidad ofrece servicios de comedor y actividades para aquellas familias que puedan necesitarlo. Por eso es más urgente aún arreglar la caldera. Durante estos dos años se han ido cambiando algunas piezas, pero nunca terminaba de arrancar del todo. Además, al ser un centro grande, tarda mucho más en caldearse. Mi hija, que está en quinto de Primaria, me decía que hacía mucho frío en clase, que incluso tenían que dejarse el abrigo puesto. Y hablando con otros padres decidimos ir a comprobarlo: medimos la temperatura y hacía 13 grados en las aulas. ¿Qué podíamos hacer? ¿Pedir que se cerrara el colegio?”.


En el C.E.I.P. Ortega y Gasset estudian unos 400 niños entre los cursos de Primaria e Infantil, a los que hay que sumar otras 100 personas entre personal docente y no docente. En total, unas 500 personas soportando esas bajas temperaturas, durante más de ocho horas al día, los cinco días de la semana.


“Los niños enfermaban con anginas, diarreas y vómitos, así que la directora comenzó a presionar de manera insistente a la Comunidad de Madrid. La situación era dramática, porque las estufas hacían saltar los plomos y no se nos ocurría otra alternativa. Nos ha beneficiado que el frío haya llegado tarde, pero estábamos desesperados, porque la burocracia no hacía más que retrasar el problema. Creo que en estos casos habría que priorizar”, comenta Lanzilli.

Más conserjes

Pero la de la caldera no es la única demanda de los padres y madres del centro, que exigen se añadan dos conserjes más al recinto. “Ya hemos conseguido lo más urgente, que era el cambio de caldera, pero no queremos abandonar nuestra segunda lucha. Antes, al menos, había dos conserjes, que se turnaban en las obligaciones, según lo requiriesen las circunstancias. Pero en este momento, sólo hay uno para tres puertas. Muchas veces nos hemos tenido que quedar algunos padres para ayudarle a vigilar. Y ya ni hablar de si se pone malo, o si necesita tomarse un día de asuntos propios”.


Desde el AMPA del Ortega y Gasset agradecen la perseverancia de la directora del centro y se anima a continuar “sensibilizando a las familias y a las instituciones”, para conseguir mejorar las condiciones de las instalaciones educativas. “Y, sobre todo, que algo así no vuelva a suceder jamás”.

Laura Conde


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