Los realojos llegan al paseo de la Dirección antes que la subvención prometida

Los vecinos tendrán que esperar para poder comprar sus casas

No han sido antes del verano, como se anunció, pero los realojos de los afectados por el proyecto del paseo de la Dirección comenzaron el pasado 6 de noviembre en el edificio de la calle del Aligustre, y algunos vecinos ya se están instalando en sus nuevas viviendas, dejando atrás sus propiedades expropiadas en las que han vivido durante décadas.
Los realojos se van produciendo, pero no así las subvenciones prometidas –aprobadas en enero de 2017– para los vecinos realojables, una fórmula compleja que el Área de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) ideó para compensar el desequilibrio económico ocasionado a quienes las indemnizaciones percibidas no les permitía acceder a la nueva vivienda.


Este aplazamiento sine die de las subvenciones está causando inquietud en los vecinos, que ven cómo tienen que salir de sus viviendas, sin que dicho compromiso aparezca en ninguna cláusula de sus nuevos contratos “de cesión onerosa de uso” –de un año, renovable por uno más–, otra insólita fórmula con la que el Ayuntamiento evita definir el contrato como de alquiler.


“La gente está nerviosa, se ha creado una sospecha, aunque algunos se han ido porque no podían hacer otra cosa, ya que el grado de degradación de las viviendas les ha forzado a firmar sin todas las garantías, al verse en una situación límite”, explica Luis Romero, presidente de la Asociación de Afectados por el Paseo de la Dirección. De los 30 realojables en esta fase, quedarán unas 8 o 9 familias por mudarse.


La situación de éstos es crítica, ya que junto a los realojos han empezado las obras y los derribos, lo que ha aumentado la presión sobre los que resisten. “Ha habido poco diálogo y comprensión por parte de la EMVS, y hemos visto cosas que no son bonitas”, relata Romero, en alusión a los cortes de agua o luz con motivo de las obras, o a los avisos de la policía informando de los inminentes derribos.


A la incertidumbre de los que se marchan hay que añadir la de las familias de integración social, cuyas viviendas aún quedan por adjudicar, o los “problemas serios” de ocupaciones en pisos que se han ido vaciando en Almortas, Sorgo o Cantueso, “que no se derribaron a tiempo y ahora necesitarán un desalojo judicial”, añade.


Romero critica que en estos dos años el Área de DUS no haya sido capaz de sacar adelante su promesa, o que al menos ésta pudiera figurar de algún modo en el contrato, algo que habría tranquilizado a los vecinos. “Hay personas de 80 años que dejan las llaves de su propiedad ya pagada, para irse a otra con un contrato de dos años y la expectativa de una subvención, ¿y si se mueren antes de que llegue ésta?”, se pregunta, antes de recordar que los 12 millones con que, según el delegado de DUS, José Manuel Calvo, se sufragarían las subvenciones, se han quedado en dos, y de la lista inicial de 184 familias “subvencionables” hoy manejan “una de menos de 20”.


Por último, cabe recordar que este mes podría aprobarse definitivamente el tercer modificado del Plan Parcial, una vez analizadas las alegaciones presentadas, por lo que la zona comenzaría 2019 con un nuevo boceto de cómo será el futuro del paseo. Un futuro que parece nunca termina de llegar.

David Álvarez


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