La primera casa de citas con muñecas hiperrealistas está en Tetuán

Abrió hace siete meses en Bellas Vistas

Una fachada oscura y una puerta blanca sin rótulos franquean el negocio más insólito del distrito, y probablemente de todo Madrid. Se trata de Luxury Agency Dolls (LAD), una tienda erótica y lupanar de “sex dolls” –muñecas sexuales hiperrealistas–, que se ha instalado en una conocida calle del barrio de Bellas Vistas. Tras la puerta está Sergio Aparicio, de 24 años, que en primer lugar desmiente la calificación del negocio: “Los medios nos encasillan como un burdel, pero no lo somos. Esto tiene una licencia de sex shop, que permite dos salas de exhibición y muñecas expuestas, pero no es un prostíbulo, más que nada porque no se puede prostituir un objeto”.


Cuando en 2013 este malagueño descubrió las “sex dolls” se quedó dando vueltas a la idea hasta que, hace siete meses, se decidió a montar el negocio junto a su socio Daniel. “Ninguno teníamos contacto con este mundo, pero vimos que el producto era alucinante, con un realismo máximo y que en Madrid no existía nada parecido, mientras que en Japón hay toda una cultura alrededor de estas muñecas, no ya de tener relaciones sexuales, sino también sentimentales”, explica.


Pese a la novedad, la aceptación que están teniendo en estos pocos meses les ha sorprendido. “Muchos vienen a probar por curiosidad, pero los que optan por comprar el producto y llevárselo a casa suelen ser personas con alguna dificultad para relacionarse, que se sienten solos o que están en una edad en la que ya se han habituado a vivir sin nadie”.

RAICHEL, ADA… E IZAN

En el hall nos recibe la voluptuosa y corita Raichel, a horcajadas sobre un potro, la impávida Chloe –con jersey negro y culotte–, fuera de servicio por un problema en la muñeca, y, también completamente desnudo, Izan, la gran novedad del recinto. “Decidimos traer también un muñeco masculino pensando que lo reservarían mujeres, pero hasta el momento no han venido solas a consumir el servicio, aunque sí han llamado para comprarlo, o han venido a probarlo acompañadas de sus parejas”.


Las muñecas vienen de China y están fabricadas en dos materiales, silicona o un polímero denominado TPE, más resistente e hipoalergénico. En su interior llevan un esqueleto metálico articulado que eleva su peso hasta los 35 o 40 kilos, lo que contribuye a aumentar el realismo. Además, para paliar la frialdad del material antes de cada servicio las muñecas son calentadas durante media hora, hasta que alcanzan la temperatura corporal humana.


El local cuenta con dos estancias, la Habitación Pasión y la Habitación Roja. Esta última incorpora todo tipo de juguetes, además de mobiliario BDSM fabricado por los propios impulsores de Luxury Agency Dolls. En la primera, más estándar, nos aguarda la navideña Ada, la muñeca más demandada del negocio y la que posee unas medidas menos exuberantes y desproporcionadas.


Conocidas las instalaciones y a la “plantilla”, llegamos al espinoso asunto de la higiene, que Sergio cuenta minuciosamente: “Se trata de un proceso muy meticuloso en el que lavamos las muñecas de cuerpo entero colgadas de arneses y con productos específicos. Primero se aplica una capa de jabón y posteriormente un producto desinfectante también por todo el cuerpo; los orificios principales son extraíbles, lo que facilita su limpieza: para cada uno tenemos unas jeringas grandes con las que inyectamos otro desinfectante, y se frota por dentro con un escobillón como el de limpiar los biberones; el secado también es muy importante, primero con una toalla y luego con talco para que el tacto se mantenga suave”. El proceso dura 40 minutos y se realiza inmediatamente después de cada uso.


Alquilar una muñeca durante media hora de lunes a jueves cuesta 40 euros. Los fines de semana la tarifa se incrementa, al igual que si el cliente decide incluir fetiches. Todos los juguetes sexuales están a la venta en el local o en la tienda online, junto a un amplio catálogo de muñecas que incluso pueden personalizarse hasta el mínimo detalle –desde el color de las uñas al del vello púbico o el tamaño de los pezones–. Los precios varían entre los 1.100 y 1.700 euros de las de TPE o los más de 2.000 de una de silicona. Desde la apertura, han vendido aproximadamente una por mes. “Si un cliente quiere comprar una suele venir al local, porque es un producto caro y es mejor verlo y asesorarte bien con nosotros”, comenta Sergio.


Sobre la edad de la clientela, asegura que el abanico va desde chicos que acaban de cumplir la mayoría de edad hasta hombres de 70 años. “A la Habitación Roja vienen también muchas parejas, que nos piden a Izan o a él y otra muñeca. Una pareja nos explicó que había venido porque iban a iniciarse en el mundo swinger y no estaban seguros de cómo se iban a sentir viendo a su pareja con otro, y querían probar primero con un muñeco”. Al fin y al cabo, nada que Berlanga en su “Tamaño natural” o el José Luis López Vázquez de “No es bueno que el hombre esté solo” no anticipasen hace más de 40 años.

David Álvarez



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