EDUARDO MAZARIEGOS, AUTOR DE "LA TETUANERA"

Conocimos al escultor Eduardo Mazariegos en la exposición de su obra “Sentir a ciegas”, muestra que organizó el Museo Tiflológico de la ONCE (c/ de La Coruña), con motivo del décimo aniversario de la Fundación en noviembre de 2002. Han pasado seis años, y hemos vuelto a coincidir con Eduardo Mazariegos. En esta ocasión quiso que conociéramos su escultura La Tetuanera, que forma parte de su extensa colección de policromías, en la que trabaja en estos últimos años.

T30d: ¿Cómo se le ocurrió la idea de La Tetuanera?

Eduardo Mazariegos: La Tetuanera es una imagen reivindicativa, con el propósito de embellecer el paisaje urbano e íntimo de Tetuán. Llevo 12 años instalado y trabajando en el barrio de Cuatro Caminos, y he vivido muy de cerca la rehabilitación que se ha realizado en sus calles y plazas. Reconozco que el barrio ha quedado muy bien, pero los arquitectos y técnicos que realizan las obras de la ciudad deberían contar más con los artistas; se olvidan del remate artístico, de esos detalles que embellecen la ciudad y la hacen más humana.

T30d: ¿A qué se refiere con imagen reivindicativa?

E. M.: Algunas imágenes de los barrios han quedado obsoletas, ya no forman parte de la realidad que vivimos; les ha llegado el momento del recuerdo, de visitarlas en las vitrinas de los museos. Tenemos que hacer un esfuerzo entre todos para embellecer la ciudad. Necesitamos en el barrio lugares bonitos, fuentes, rincones románticos… Hacerlo más bonito, más musical.

T30d: Le proponemos un pequeño viaje por el distrito: ¿qué le gustaría que se colocara en la glorieta de Cuatro Caminos?

E. M.: La Pacificadora, una escultura dedicada a la concordia, al buen rollo. Tetuán es de los pocos distritos de Madrid que ha integrado perfectamente el cambio de gente nueva que ha venido de lugares muy lejanos y culturas muy diferentes.

T30d: ¿En la calle de Bravo Murillo?

E. M.: Faltan fuentes públicas, (pilones de piedra y que funcionen). Y más puntos de agua donde refrescarse en verano, al hacer un descanso. Creo que Bravo Murillo fue quien trajo las aguas a Madrid; pues rindámosle un pequeño homenaje.

T30d: ¿Y para la plaza de Dulcinea?

E. M.: Colocaría una escultura en bronce de La Dulcinea, bien alta, que se viera desde el distrito de Chamberí. También me gustaría dar más utilidad a la plaza: está sosa, es aburrida. Habría que organizar actividades en las que participaran los vecinos, como un mercadillo de flores, intercambio de libros y tebeos, cine de verano, puestos de castañas en invierno… en fin, que se convirtiera en un lugar de encuentro para los fines de semana. Ya disponemos del centro Tetuan Punto Joven, donde se están llevando a cabo muchas actividades culturales, exposiciones, talleres, cine-forum… Hay que aprovechar esta oportunidad.

Subimos en el ascensor a la calle de los Artistas. Allí nos despedimos del escultor y vecino Eduardo Mazariegos. Acabó nuestro viaje. Pero antes, tomamos un café en el bar de Najat Jmila (Bar Los Amigos), en la calle de Don Quijote.

BETO LÓPEZ


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