Vecinos y comerciantes de Capitán Blanco Argibay denuncian deficiencias en la ejecución del proyecto

A partir de las obras de peatonalización en el barrio de Valdeacederas

Pasados tres meses desde la finalización de las obras de los ejes peatonales de Valdeacederas, un proyecto del Ayuntamiento de Madrid que incluía 11 calles de este barrio (Capitán Blanco Argibay, Divino Redentor, Pinos Baja, Pinos Alta, Arroyo, Plátano, Beza, Bellver, Nuestra Señora del Carmen, Hierbabuena y Müller), vecinos y comerciantes de la zona se quejan por la deficiencia en la gestión y el control de los trabajos realizados.
Aunque en su mayoría reconocen que “en general ahora las calles están mejor, sobre todo la del Capitán Blanco Argibay, cuyas aceras han ganado en amplitud y apariencia; se han colocado bancos –aunque no los suficientes–, y se ha reducido la circulación en esta vía –siempre congestionada de tráfico– a un solo sentido, hay muchas cosas que no se han hecho bien”.
Una dependienta de Capitán Blanco Argibay alude a que “cada dos por tres cortan la calle durante varios días porque aparecen socavones en el asfaltado, que parchean y luego vuelven a salir. A una vecina, por poner otro ejemplo, le han hecho el umbral de su puerta con el nivel hacia dentro, así que cuando llueve –y este invierno lo ha hecho abundantemente–, entra el agua en su casa. Todas las obras tendrán fallos, pero en ésta hay demasiados”.  
Continuamos transitando por la arteria principal del eje y llegamos al encuentro de un grupo de vecinas que manifiesta que “la calle está a oscuras, la iluminación es muy deficiente. Las alcantarillas huelen fatal, y la calzada se hunde”.
Ya a la altura del número 44 de Capitán Blanco Argibay, hablamos con el personal de la zapatería “Suelas”, el establecimiento que, según los vecinos, ha salido peor parado en todo esto: como en el caso de la anterior vecina, el hecho de que la acera desagüe hacia casas y comercios en lugar de hacia la carretera –el bordillo está a un nivel superior que los umbrales–, ha provocado que durante todos los días de lluvia hayan tenido una “laguna” que se extendía desde la puerta hasta la entrada del comercio, alcanzando el mostrador. El dependiente explica que “cuando llegué una mañana, me encontré la tienda inundada. Los clientes no querían pasar porque estaba todo encharcado: parecía una piscina. Ha sido tal la cantidad de agua acumulada, que se han levantado muchas baldosas, además de que han aparecido humedades en toda la pared que da al exterior. Han nivelado y cementado mal la calle, y los adoquines se han colocado de forma lamentable”. Este vecino, indignado ante la inoperancia de técnicos y obreros, puso ya una denuncia hace más de dos meses, sin que a día de hoy haya obtenido respuesta: “Nos dijeron que mandarían una inspección, pero aún no hemos recibido ni una carta ni una llamada al respecto...”.
En las calles de Veza y del Plátano, otro vecino nos indica alarmado las deficiencias en ese tramo: “Camiones y furgonetas aparcan en la acera porque han dejado muy pocas zonas de carga y descarga; los contenedores se reparten entre la carretera y la acera, dispersados, ya que no se ha habilitado un lugar para su colocación; las alcantarillas han quedado ahora en un nivel superior al de la carretera, acarreando la obstrucción de las mismas porque la basura se acumula junto a ellas, con el consecuente hedor, y ni qué decir del enorme socavón que ha aparecido en el paso de peatones –de Sierra de Bullones con Plátano”.
Por el momento, en el último Pleno se aprobó por unanimidad una proposición del Grupo Municipal Socialista en la que se exigía una inspección exhaustiva por parte de los contratistas del proyecto, para que se constate el prematuro deterioro de los ejes peatonales, así como el control del Ayuntamiento del cumplimiento de las garantías de calidad de la obra entregada.

CRISTINA SÁNCHEZ 

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