Muchos vecinos de la zona disfrutaron del verano en la instalación al aire libre de El Quijote
Piscina y merendero: la alternativa más económica
Corría el mes de julio, cuando una calurosa mañana nos dimos un salto hasta la piscina al aire libre del centro deportivo municipal Francos Rodríguez (Numancia, 1), conocida por todos como la de El Quijote; la más frecuentada por los vecinos de nuestro distrito, aunque está inscrita en el de Moncloa-Aravaca.
Son las 11:30 de la mañana (la instalación lleva media hora abierta), y la afluencia de público es ya considerable. En nuestro paseo para conocer el equipamiento, acompañados por el encargado del turno de mañana, nos encontramos sobre todo con personas mayores y niños, además de con algún joven que disfruta de sus vacaciones, o saca provecho de su situación de parado. Y es que la de El Quijote es una de las piscinas más populares de la zona norte de Madrid: recibe una media diaria que oscila entre los 1.200 y 1.500 usuarios, y uno de los motivos por los que la gente la elige es por su gran cantidad de arbolado, que permite estar a la sombra cuando el sol pica con fuerza.
Durante el recorrido visitamos sus diferentes espacios: dos vasos o piscinas (la infantil, de 10 por 10 metros; y la de adultos, olímpica, de 2,10 por 1,20 metros), una pista de voley playa, parque infantil, solárium, una biblioteca de verano y cafetería. La instalación cuenta, por otro lado, con un médico, un enfermero, un taquillero y cinco operarios en cada turno, y permanece abierta entre el último fin de semana de mayo y el primero de septiembre.
LECTURA DE VERANO
Uno de los servicios más solicitados por los usuarios es la biblioteca, que facilita el acceso a la prensa diaria, y que dispone de títulos de géneros como la novela, el relato corto, la poesía y el teatro, tanto infantil como de adultos, que se pueden adquirir por un mes con el carné de las bibliotecas públicas municipales o del bibliometro, si se desea llevar el libro a casa, o simplemente aportando nombre y apellidos y teléfono, para la lectura en la piscina. Sólo en el mes de junio se superaron los 1.000 préstamos.
BAÑISTAS CON SOLERA
En nuestra visita, tenemos la oportunidad de hablar con un buen número de bañistas que comenta recurrir asiduamente a este oasis en Francos Rodríguez en las horas de mayor calor; pero nos detenemos en un simpático grupo que llama nuestra atención. Conocidas aquí por todos como “las chicas de oro”, son mujeres de entre 70 y 80 años, todas ellas vecinas de Tetuán, que lucen coloridos bañadores, grandes gafas de sol, un moreno envidiable y maquillaje para la ocasión, además de hacer gala de una gran energía y vitalidad.
“Las chicas de oro” en versión de barrio reconocen que “esta piscina es una gozada, una maravilla. Venimos casi todas las mañanas, y nos marchamos a mediodía; excepto un día en semana, que comemos en la cafetería: hacen una paella riquísima”, explica una de ellas. “Llevamos muchos años reuniéndonos un grupo de unas 15 mujeres. Como no vamos de vacaciones, porque no hay money, pasamos aquí el verano… y tan ricamente”, sostiene otra con gracia.
Al verano ya le queda un suspiro, pero intentaremos tomar ejemplo del optimismo de estas doradas féminas, y afrontar el nuevo curso con la mayor alegría posible. Si la playa queda lejos, siempre podremos veranear en la piscina más cercana.
Cristina Sánchez
Son las 11:30 de la mañana (la instalación lleva media hora abierta), y la afluencia de público es ya considerable. En nuestro paseo para conocer el equipamiento, acompañados por el encargado del turno de mañana, nos encontramos sobre todo con personas mayores y niños, además de con algún joven que disfruta de sus vacaciones, o saca provecho de su situación de parado. Y es que la de El Quijote es una de las piscinas más populares de la zona norte de Madrid: recibe una media diaria que oscila entre los 1.200 y 1.500 usuarios, y uno de los motivos por los que la gente la elige es por su gran cantidad de arbolado, que permite estar a la sombra cuando el sol pica con fuerza.
Durante el recorrido visitamos sus diferentes espacios: dos vasos o piscinas (la infantil, de 10 por 10 metros; y la de adultos, olímpica, de 2,10 por 1,20 metros), una pista de voley playa, parque infantil, solárium, una biblioteca de verano y cafetería. La instalación cuenta, por otro lado, con un médico, un enfermero, un taquillero y cinco operarios en cada turno, y permanece abierta entre el último fin de semana de mayo y el primero de septiembre.
LECTURA DE VERANO
Uno de los servicios más solicitados por los usuarios es la biblioteca, que facilita el acceso a la prensa diaria, y que dispone de títulos de géneros como la novela, el relato corto, la poesía y el teatro, tanto infantil como de adultos, que se pueden adquirir por un mes con el carné de las bibliotecas públicas municipales o del bibliometro, si se desea llevar el libro a casa, o simplemente aportando nombre y apellidos y teléfono, para la lectura en la piscina. Sólo en el mes de junio se superaron los 1.000 préstamos.
BAÑISTAS CON SOLERA
En nuestra visita, tenemos la oportunidad de hablar con un buen número de bañistas que comenta recurrir asiduamente a este oasis en Francos Rodríguez en las horas de mayor calor; pero nos detenemos en un simpático grupo que llama nuestra atención. Conocidas aquí por todos como “las chicas de oro”, son mujeres de entre 70 y 80 años, todas ellas vecinas de Tetuán, que lucen coloridos bañadores, grandes gafas de sol, un moreno envidiable y maquillaje para la ocasión, además de hacer gala de una gran energía y vitalidad.
“Las chicas de oro” en versión de barrio reconocen que “esta piscina es una gozada, una maravilla. Venimos casi todas las mañanas, y nos marchamos a mediodía; excepto un día en semana, que comemos en la cafetería: hacen una paella riquísima”, explica una de ellas. “Llevamos muchos años reuniéndonos un grupo de unas 15 mujeres. Como no vamos de vacaciones, porque no hay money, pasamos aquí el verano… y tan ricamente”, sostiene otra con gracia.
Al verano ya le queda un suspiro, pero intentaremos tomar ejemplo del optimismo de estas doradas féminas, y afrontar el nuevo curso con la mayor alegría posible. Si la playa queda lejos, siempre podremos veranear en la piscina más cercana.
Cristina Sánchez
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