Varias vecinas denuncian el mal estado de la vía
Bellver, una calle que se hunde
“Subir la calle es toda una aventura”, dice una vecina; “El pavimento se está hundiendo”, añade otra.
En la calle de Bellver, en el barrio de Berruguete, los conductores de vehículos demuestran toda su destreza al volante para no dejarse los amortiguadores en los agujeros de la calzada.
“Entrar en los garajes es un auténtico calvario; hace poco reventó una rueda de mi coche; la calle está sin cablear…, es una vergüenza cómo está nuestra calle”, apunta una de las vecinas, indignada porque paga más de 600 euros de IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles).
Aunque en el distrito hay otras muchas calles donde los socavones campan a sus anchas, y caminar por ellas entraña un peligro nada desdeñable, Bellver es de las pocas que aún está sin asfaltar –excepto en un pequeño tramo–, a pesar de que es una vía con bastante tráfico, ya que une las calles de Bravo Murillo y Marqués de Viana. “Lo que hay son adoquines de los años cincuenta, de pedernal”, explica la misma mujer.
Según esta vecina, “arreglaron uno de los socavones poniendo gravilla, y de nuevo está saliendo una enorme grieta”.
Una de las denunciantes, las cuales prefieren mantener el anonimato, dice haber puesto ya una reclamación a través del número de teléfono 010, “y ni caso”. “No necesito un parque de atracciones en mi calle”, concluye jocosamente.
C. Cano
En la calle de Bellver, en el barrio de Berruguete, los conductores de vehículos demuestran toda su destreza al volante para no dejarse los amortiguadores en los agujeros de la calzada.
“Entrar en los garajes es un auténtico calvario; hace poco reventó una rueda de mi coche; la calle está sin cablear…, es una vergüenza cómo está nuestra calle”, apunta una de las vecinas, indignada porque paga más de 600 euros de IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles).
Aunque en el distrito hay otras muchas calles donde los socavones campan a sus anchas, y caminar por ellas entraña un peligro nada desdeñable, Bellver es de las pocas que aún está sin asfaltar –excepto en un pequeño tramo–, a pesar de que es una vía con bastante tráfico, ya que une las calles de Bravo Murillo y Marqués de Viana. “Lo que hay son adoquines de los años cincuenta, de pedernal”, explica la misma mujer.
Según esta vecina, “arreglaron uno de los socavones poniendo gravilla, y de nuevo está saliendo una enorme grieta”.
Una de las denunciantes, las cuales prefieren mantener el anonimato, dice haber puesto ya una reclamación a través del número de teléfono 010, “y ni caso”. “No necesito un parque de atracciones en mi calle”, concluye jocosamente.
C. Cano
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